cercano a las cosas que me dices.
Benditas palabras esas que no se dicen,
si no se creen.
Gata, me sobrará la voz cuando no sea necesario vivir ese silencio, que has dejado a medias.
Como al muro de Berlín os sobrará la voz cuando no seáis necesarios, cuando no seáis suficientes para los demás.
Pero ella nunca dejó de serlo, tal vez, ni siquiera ahora
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