AMARÁS A PIZARNIK
Ella es un*ángel bullente de palabras, incapaz de soportar cualquier mirada mientras las escribe. Siempre las mismas miradas que te arrancan el corazón, cara a cara con o sin caretas: <<sentía su respiración en mi brazo, sabía que me estaba mirando>>.
Sí, ella creo que se encontraba con palabras y miradas, todas juntas, a la salida de cada laberinto que es un juego aunque te juegues la-vida es mar, es deseo, es pausa...su propio sucidio parece dar sentido a versos que ella misma había escrito antes. Porque si no, todo cuanto escribió Pizarnik son versos de los mismos que escriben lo mismo de siempre sin serlo: auténticos suicidas.
*Este poema tenía que tener algo de ella. Con cambios de hora y miradas atrás, "ángel bullente" pertenece a "Algo", poema de "La última inocencia", dedicado a León Ostrov, 1956.
Carlos Meiek
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