lunes, 5 de diciembre de 2016

Vivo donde empieza el Quijote

Vivo donde empieza el Quijote, "en un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme". 400 años después de la muerte de Cervantes da gusto disfrutar de este pequeño homenaje que le dedican vecinos de la calle Justiniano, justo cuando el otoño barre sus hojas para sí mismo, pero lo que no entiendo es porque no se enseña la novela Don Quijote de la Mancha en los institutos, al menos a mí no me lo enseñaron. Lo más que hicieron es preguntarnos quiénes lo habíamos leído, para disculparnos y añadir a continuación que casi nadie se lo lee, que era un libro muy denso, pero que a la gente de fuera, Estados Unidos por ejemplo, les gustaba mucho, pero que claro, los estadounidenses son gente muy extravagante. En fin, empiezo a pensar que si el Quijote, no se enseña en los institutos, es porque los mismos profesores no tienen ni idea de lo que es el Quijote; lo han leído o no lo han leído, pero se han quedado en los molinos de viento, no han comprendido nada de esto texto, no son conscientes de algunas de las ideas que proyecta este texto, más allá del punto de vista artístico (que entiendo que tampoco valoran). Si los profesores, y el mundo académico entendieran este texto, ya tendrían cosas más inteligentes que decirle a sus alumnos, y estos a su ver se sentirían afortunados de ir a clase de literatura. El Quijote traspasa los límites de la novela, es cultura para cualquier sociedad receptora, una herramienta de cambio que mejora cualquier sociedad capaz de absorver sus conocimientos, y de transmitirlos a través de sus profesores de literatura principalmente. Pero claro, aquí los profesores de literatura no tienen ni idea del Quijote, no pueden enseñarnos nada del Quijote, más allá de decir que Don Quijote atacaba molinos de viento porque estaba loco. Lo peor de ser profesor de literatura y no tener ni idea del Quijote, es decirlo y echarse unas risas entre todos, en lugar de leer el Quijote, enterarse de lo que dice, proponerlo como libro de lectura y estudio en el Instituto, y tener algo interesante que contar a los alumnos, y de paso, mejorar nuestra sociedad con esa dosis extra de cultura que creo que no nos viene nada mal. Por lo demás, el Quijote sigue vivo después de muchísimos, aunque muchos todavía no se enteren de lo que realmente nos cuenta. Y no, no se trata de hacer amena su lectura con dibujos, textos resumidos con lenguaje actualizado...este texto ya tiene demasiados tesoros escondidos esperando lectores avispados, aventureros, amantes de las palabras, descubridores de la sociedad que le rodea, escritores con ganas de más...

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